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El clima en Nanjiang estaba despejado, y las copas de las montañas cubiertas de nieve blanca florecían como flores.
Debido a que Yan Wangchuan y Qiao Aiyun estaban presentes, Fu Chen no se atrevía a ser imprudente. Después de regresar de la caminata, él y Duan Linbai cenaron en la residencia Yan antes de regresar al hotel.
En el momento en que Duan Linbai entró, se desplomó sobre la cama, con las piernas temblando.
—Tercer Fu, tu futuro suegro es realmente una persona jodidamente feroz. Subió todo el día sin siquiera tomar un respiro. Estoy tan cansado —se lamentó.
Fu Chen se rió entre dientes. —No has estado haciendo ejercicio últimamente.
Duan Linbai solía esquiar y ejercitarse con frecuencia. Pero después de quedarse ciego, vivió como un príncipe en casa y no había hecho ejercicio durante mucho tiempo.
—Es demasiado feroz. Es tan viejo, pero tiene muy buena resistencia. Creo que tu hermanito o cuñada llegarán pronto —comentó.
