—¿Qué pasó exactamente con esas fotos? —preguntó Fu Sinian fríamente.
Su Ruoqing abrió la boca, pero antes de que pudiera emitir algún sonido, Fu Sinian la interrumpió.
—Piénsalo bien primero. Solo preguntaré una vez. Solo tienes esta oportunidad.
Su Ruoqing entró en pánico, pero inmediatamente se calmó, sus ojos llenos de lágrimas.
—Sinian, lo que pasó ese día fue un golpe enorme para mí. Cuando pensé en cómo Chu Xian metió algo tan asqueroso en mi boca, ¡estaba a punto de desmoronarme! ¡Realmente no podía aceptarlo! El momento en que cerraba los ojos, ¡veía esa escena! Sabía que muchas personas me envidiaban. Aunque fui una bebé abandonada, fui adoptada por un noble. Tenía un estatus como el de una princesa. Nadie sabía la tristeza de mi vida. Tu aparición me dio un rayo de luz. Te escondí secretamente en mi corazón. No importaba lo difícil que fuera, mientras pensara en ti, estaba llena de esperanza.