Antes de que Liu Yiming pudiera hablar, el Manager Lin caminó hacia Shi Qian. —¿Qué hora es? Acabamos de comer y la verdadera celebración aún no ha comenzado. Shi Qian, si te vas ahora, arruinarás el ánimo de todos. ¿No lo crees?
—Sí, sí —hizo eco inmediatamente Chen Chen.
¡La confesión que había planeado para Liu Yiming aún tenía que comenzar!
Shi Qian era la protagonista. ¿Qué pasaría si la protagonista se iba?
Con eso, incluso le dio un codazo a Liu Yiming con su brazo. —Yiming, ¿no lo crees tú también?
—Shi Qian, este banquete de clausura es muy importante hoy. Parece un poco irrespetuoso para con el Manager Lin y el Mayor si nos dejas así —sonó una voz con un dejo de acusación.
—¡Sí! Estábamos felices, pero ahora se ha arruinado el ambiente —terció alguien más suavemente.