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Liu Yiming estaba listo. Shi Qian se levantó y se acercó.
Tomó unas cuantas tomas y se detuvo para descansar.
Todavía estaba secretamente contenta de que Fu Sinian no hubiera venido hoy. Menos de un minuto después, una figura familiar entró.
—Traigan las cosas y déjenlas allí por ahora —Rong Qi instruyó a alguien para que trajera las cosas.
Era la bebida de té de la tarde que había reservado en el mismo lugar ayer.
—¡Vaya! ¡Alguien viene a visitar otra vez hoy! —exclamó alguien del equipo de producción.
Rong Qi miró sorprendido a la docena de personas frente a él. —¿Por qué hay tan pocas personas? Creo que compré demasiadas cosas.
De repente, su mirada se congeló.
—¿¡Xiao Yan?! —¿Estaba viendo cosas!
—¡Xiao Yan! ¿Por qué estaba aquí el gerente superior que no había podido contratar?
Inmediatamente, entendió.
Shi Qian caminó rápidamente hacia Rong Qi. —Tercer Joven Maestro, ¿por qué estás aquí?
