La voz de Liu Yiming era suave, haciéndole sentir a Shi Qian una pizca de calidez. Le daba la sensación de que un hermano mayor se preocupaba por ella.
—Gracias, Mayor, pero realmente no hace falta que te molestes. Puedo hacerlo sola. Además, no necesito mucho —Shi Qian todavía rechazaba cortésmente.
Liu Yiming se sintió decepcionado. No esperaba que Shi Qian fuera tan distante con él cuando él quería acercarse más.
Encontraron un lugar al azar para comer y fueron al lugar de la filmación.
A lo lejos, vio una figura esperándola fuera del teatro.
¿No era esta la mujer llamada Xiao Yan que Fu Sinian había traído ayer?
—Hola, Señorita Shi —Xiao Yan avanzó y saludó a Shi Qian con una sonrisa.
—¿No dije ayer? ¡No necesito una asistente! —Shi Qian dijo impotente.
