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—Qian Qian, no te preocupes. ¡Al abuelo le repugna ese comportamiento! ¡No puede dejar que haga lo que quiera! ¡Tiene que elegir entre tú y Su Ruoqing! —Shi Qian movió rápidamente la cabeza. —¡No! No, no es mi intención hacer que el Joven Maestro Fu elija. Seguiremos con el plan anterior y procederemos con los trámites de divorcio. ¡Él sigue con su Miss Su! —No te preocupes. Me encargaré de esto. ¡No permitiré que sufras! —prometió el viejo maestro suavemente. —Sí. —Shi Qian asintió.
