—Sí, sucedió que estábamos comiendo en el mismo restaurante —respondió Fu Sinian.
El viejo maestro entendió el significado de esta frase.
—¡En otras palabras, Fu Sinian estaba comiendo con Su Ruoqing!
—Ya he investigado la situación y le pedí a Jiang Feng que se encargara de ella —La voz de Fu Sinian sonó de nuevo.
—¿No ves que a Qian Qian la golpearon? Las heridas en su rostro son tan obvias. ¿Estás ciego? ¿Por qué aún la dejaste ir a trabajar? —preguntó el viejo maestro enojado.
No cuestionaba la capacidad de Fu Sinian para manejar las cosas.
¡Estaba enojado por la actitud de Fu Sinian!
—Viejo Maestro, Sinian quería llevar a Shi Qian al médico, pero Shi Qian se negó y insistió en trabajar. Sinian y yo la persuadimos, pero ella insistió en ir —Su Ruoqing salió a explicar al Viejo Maestro.
El viejo maestro miró a Su Ruoqing con una mirada aguda. —Señorita Su, ¡usted no tiene derecho a hablar aquí!
