Shi Qian tomó su mano.
Fu Sinian usó su fuerza para levantarse nuevamente.
Sin embargo, sus piernas aún temblaban y se sacudían, como si pudiera colapsar en cualquier momento.
Quería dirigirse hacia la cama, pero no podía mover los pies.
Había menos de diez pasos de él a la cama. Para él, era como una orilla insuperable.
De repente, su cuerpo se inclinó. ¡Estaba demasiado débil para sostenerse!
Shi Qian abrazó su cintura con dificultad, usando su cuerpo como su soporte.
Fu Sinian miró hacia abajo hacia ella. Emociones parpadearon en sus ojos que eran demasiado rápidas para captar.
Tomando unas cuantas respiraciones profundas, lo intentó de nuevo.
Shi Qian lo vio moverse e inmediatamente dio un pequeño paso con él.
—Tómate tu tiempo. No hay prisa —aconsejó ella con extrema paciencia.
Fu Sinian se sintió extremadamente reconfortado y lentamente dio otro paso.
—Muy bien. Si tienes fuerza, quédate de pie un momento —La voz de Shi Qian sonó de nuevo.