—Para emparejarlo con Shi Qian, ¡el anciano maestro era realmente sin escrúpulos!
—¡Nunca perdería el control otra vez!
Fu Sinian puso en marcha la silla de ruedas y fue hacia el armario.
Abrió un panel del armario. Dentro estaban la ropa y los vestidos de Shi Qian.
Abrió otra puerta de gabinete. Aún estaba lleno de cosas de Shi Qian. Había varios conjuntos que hacían juego.
—¿Dónde estaban sus ropas?
Una fila entera de armarios tenía casi una docena de áreas separadas para almacenaje. Era equivalente a un gran vestidor.
Abrió diez puertas de armarios y todavía no había encontrado nada suyo!
Después de abrir la puerta de la esquina, se dio cuenta de que su ropa, corbatas y ropa interior estaban todas guardadas en un compartimento.
Era un hombre muy reservado.
—¡No se permitía a nadie invadir su mundo!