Con tal personalidad, si no fuera de una familia acomodada y fuera heredera de la segunda generación de ricos, ¿cómo podría competir por la fama y la fortuna?
Ahora, Sun Feifei no le temía para nada a Shi Qian.
Cada uno está destinado a su suerte. Esta afirmación era cierta.
¡La suerte de Shi Qian era inferior a la suya!
Ahora, gracias al programa de variedades "Banquete Celestial", se había hecho famosa en Internet. Ya había recibido algunas ofertas de dramas. Aunque todos eran papeles secundarios, sus escenas eran muy importantes.
También había firmado con éxito con una agencia.
La compañía había dejado claro que iban a formarla bien.
¿Y qué hay de Shi Qian? ¿No era inútil?
Shi Qian estaba inclinada haciendo notas cuando Qiu Jie le dio un toque en el brazo.
—Qian Qian, mira la expresión de autosuficiencia de Sun Feifei. Ella no te estaba saludando ahora. ¡Te estaba alardeando! —Shi Qian no le importaba.
