Shi Qian cogió su teléfono y ojeó algunas fotos más.
Finalmente, había una foto de Fu Sinian. Estaba sentado en una mesa con la puesta de sol detrás de él. Como la luz venía de atrás, no se podía ver su cara, pero el contorno de su cuerpo se distinguía a simple vista.
En la mesa delante de él estaba el girasol que la chica sostenía.
Era obvio que la chica había tomado la foto.
Shi Qian dejó de desplazarse y puso el teléfono a un lado.
El Viejo Maestro miró a Shi Qian y su corazón se afligió.
—Fu Sinian, ¿qué planes tienes exactamente? —preguntó el Viejo Maestro en voz baja.
—Quiero terminar mi matrimonio con Shi Qian.
—Lo sabía. ¡Todavía quieres el divorcio! —El pecho del Viejo Maestro Fu se sintió un poco opresivo.
De repente tosió unas veces y su respiración era irregular.
Fu Sinian no le dio mucha importancia. El anciano maestro era fuerte. Estaba fingiendo estar enfermo.