—Como esto no hace que Abuelo te odie, nuestro divorcio podría tomar un tiempo —dijo él.
—¿No tienes alguna otra manera? —preguntó Shi Qian.
—¡A menos que no nos importe la salud del Viejo Maestro! —respondió Fu Sinian enojado.
No sabía por qué pero, de repente, le surgió una rabia.
—¿Cuánto tiempo? —preguntó Shi Qian.
—No tomará mucho. Además, ¡solo tienes que esperar los procedimientos de divorcio! —aseguró él.
—Está bien —asintió Shi Qian—. Mientras no tenga que hacer algo como lo de hoy otra vez, puedo esperar.
—Para prevenir que algo suceda durante este período, necesitas firmar este acuerdo —indicó él.
—¿Qué quieres decir? Simplemente te preocupa que yo cambie de opinión —expuso Shi Qian directamente sus intenciones.
Fu Sinian apretó las manos en secreto.