—Song Yan, muchas gracias por querer ayudarme, pero ahora no necesito ayuda —Shi Qian rechazó con calma.
—Hermana, ¿sabes cuánto le importas al Hermano Song Yan? ¡Se pondrá muy triste si actúas así! —Lin Qinghe volvió a buscar problemas.
—Lin Qinghe, ¿piensas que no me está yendo bien? —Shi Qian se volvió hacia Lin Qinghe y preguntó fríamente.
Lin Qinghe inmediatamente se mostró afligida y respondió:
—Hermana, realmente no queremos verte caer tan bajo.
¡Shi Qian levantó la mano y abofeteó a Lin Qinghe!
Los labios de Lin Qinghe estaban sangrando.
—Lin Qinghe, ¿no está hospitalizado tu padre? ¿No confesó tu madre su crimen? No te importa la condición de tu padre ni cuántos años será condenada tu madre, ¿y aún así tienes ánimos de ponerte difícil conmigo aquí?
—Si amas a Song Yan, lucha por él. ¡Usa tus habilidades para hacer que se case contigo! ¡No me arrastres a mí en todo esto! ¡Me repugna!
Cuando Song Yan escuchó las palabras de Shi Qian, se alarmó inmediatamente.
