Esas gotas de sudor caían en su rostro con una aura fuerte, como vino puro que había sido enterrado durante cincuenta años, ¡haciéndola hundirse una y otra vez!
El libro cayó de las manos de Shi Qian. Este pequeño movimiento hizo que Fu Sinian se girara lentamente.
Se dio cuenta de que Shi Qian recogió rápidamente el libro y su mirada se posó en él.
No pudo evitar sonreír. Se sentó en el borde de la cama e inclinó hacia Shi Qian.
—¿Aún estás trabajando duro a esta hora?
—Sí, esto es conocimiento del sector. Tengo que leer un poco más.
—¿Qué conocimiento especial obtienes leyendo al revés? —preguntó Fu Sinian con una sonrisa.
Shi Qian miró el libro y se dio cuenta de que lo había agarrado al revés cuando lo levantó.
¡En ese momento, simplemente estaba demasiado avergonzada para mostrar su rostro!
Dio vuelta el libro. ¡Ni siquiera estaba de humor para leerlo ahora, incluso el contenido que acababa de leer se había expulsado de su cerebro!