Shi Qian se quedó sin palabras.
—Si tu madre descubre que estamos tan cerca ahora, definitivamente estará muy feliz.
—¡No digas tonterías delante de mi madre! —Shi Qian ordenó de inmediato.
—Qian Qian, solo estoy dispuesto a estar contigo en esta vida. Ninguna mujer aparecerá a mi lado. Seré leal a mi matrimonio y a ti. —Fu Sinian aprovechó la oportunidad para mostrar sus verdaderos sentimientos.
—Ni siquiera podemos estar seguros de lo que pasará mañana, ¿verdad? Toda una vida es demasiado tiempo. ¿Quién puede estar seguro? —preguntó Shi Qian suavemente.
Fu Sinian se ahogó.
Sabía que las palabras eran lo menos convincente.
Sin embargo, el tiempo estaba bien.
Fu Sinian de repente la levantó y pateó la puerta del coche para salir.
—¡Tú! —exclamó Shi Qian, luego miró a su alrededor frenéticamente.
¿Podrían los dos salir en su estado actual?
¡Y si alguien los viera!
—No te preocupes, no hay nadie. —Fu Sinian podía ver su preocupación y la consoló suavemente.