Antes de que Shi Qian pudiera llamar a Fu Sinian, él llamó.
—¿Todavía no ha terminado? —La voz de Fu Sinian sonó en el teléfono.
Shi Qian estaba desconcertada.
—¿Sabes a qué hora tengo clase hoy? —La voz de Shi Qian subió varios tonos.
—Lo verifiqué —respondió Fu Sinian.
Shi Qian se sintió inmediatamente impotente.
¿Qué era ella para Fu Sinian?
Él estaba demasiado involucrado en su vida como para que ella pudiera respirar.
También hizo que ella, que estaba acostumbrada a la libertad, se sintiera como un dumpling atado.
—Estaba a punto de llamarte —respondió Shi Qian.
—¿Fuiste a ver a Liu Yiming? —preguntó Fu Sinian.
—¿Además de revisar mis clases, enviaste a alguien a seguirme? —La voz de Shi Qian subió varios tonos.
—No envié a nadie a seguirte. No hace falta ser un genio para adivinar que Liu Yiming debe estar ansioso por verte —respondió Fu Sinian.
