—Envuelve solo lo que acabo de escoger —dijo ella con tacto.
Molly se burló y comenzó a elegir un vestido.
Ahora, ni el camarero ni Isabelle se atrevían a interferir más.
Molly eligió un vestido largo blanco sin tirantes.
El encaje hecho a mano en el vestido estaba alineado a lo largo del dobladillo, con pequeñas perlas formando maripositas alrededor del top sin tirantes, rodeando los hombros y haciendo eco de las rosas blancas en el pecho; un diseño único y delicado.
A ella realmente le gustaba este diseño.
—¿Quieres que envuelva este vestido para ti? —susurró el camarero.
Su actitud era completamente diferente a la de antes.
—Envuelve esto para mí —dijo Molly, y le entregó el vestido a otro camarero.
Ese otro camarero era un nuevo pasante que no había hecho ninguna venta en todo el día, escondiéndose en la esquina y observando en secreto. Ahora, con Molly entregándole el vestido, pensó que estaba soñando.