Esto era solo para consolarse a sí misma.
Molly Walker agarró la mano de Cuarta Hermana, con los ojos rojos e hinchados —Llama a la policía y a una ambulancia.
No se atrevía a mirar al borde, temiendo presenciar la escena más desgarradora.
Cuarta Hermana empezó a hacer la llamada.
Michael Gallagher la miró, sus miradas se encontraron, y él sintió una oleada de odio.
—Michael, dijiste que no lo lastimarías.
Molly habló palabra por palabra, su voz débil y frágil.
—No lo lastimé —Michael frunció el ceño, su rostro expresando una fina capa de ira—. Él eligió saltar.
—¿Saltaría por su propia cuenta... sin tu provocación? —La voz de Molly tembló ligeramente, tan frágil como una pluma destrozada que se dispersaría en el viento con un solo golpe—. Michael Gallagher, ¿te atreves a decir que su salto del edificio no tiene nada que ver contigo?
—Si le pasa algo a Harry Lambert, nunca te perdonaré por el resto de mi vida.
Nunca perdonar por una vida...