Isabelle Richardson observaba cuidadosamente la expresión en el rostro de Molly Walker, solo para descubrir que la sonrisa permanecía, ni enojada ni molesta, dejando su respiración atrapada en su garganta.
Pensaba que podría molestar a Molly con esto, pero sorprendentemente, Molly no picó el anzuelo.
Era como golpear un algodón; solo podía tragar sola el sentimiento de injusticia.
Pensando en la verdadera identidad de Molly, los celos ardían ferozmente en el corazón de Isabelle.
—¿Cuáles son tus planes después del divorcio, señorita Walker? ¿Sigues planeando continuar trabajando en el Grupo Gallagher?
Ahora lo único que quiere es alejar a Molly, lo más lejos posible, preferiblemente fuera de esta provincia, fuera de Orientopia.
Molly levantó las cejas y soltó una risita suave.