—No hay necesidad de hablar más —Amanda le dio una mirada fría—. Daniel, no malgastes tu esfuerzo, nuestra relación termina aquí.
—Daniel no se dio por vencido y quiso decir algo, pero James Leaford lo detuvo—. La hermana ya lo ha dicho, ¿no entiendes? Oh, cierto...
—James sacó una tarjeta bancaria de su bolsillo y se la dio—. Este es el dinero que nos prestaste cuando compramos este apartamento, incluyendo los intereses, está todo aquí.
—Al ver la tarjeta, la cara de Daniel parecía como si le hubieran dado una fuerte bofetada.
—Realmente no había pensado en lo que dijo y no esperaba ningún reembolso.
—Pero las acciones de James eran como trazar una línea clara entre ellos.
—Justo cuando estaba a punto de rechazarla, Joshua arrebató la tarjeta y la metió en su bolsillo, aconsejándole amablemente—. Padre, solo toma la tarjeta. Ya lo has perdido todo. No nos deshonres terminando en la calle.
—Daniel se atragantó con sus palabras y tosió violentamente.