Al ver estas noticias, la cara de Samuel Richardson se volvió fría.
—¿Qué sucede, papá? —Emma Smith notó que su padre parecía infeliz y había estado en silencio, así que rápidamente le recordó.
Aunque setecientos cincuenta mil dólares no eran una pequeña cantidad, Samuel Richardson debería poder permitírselo, e Ivy Thompson había dejado claro que, si él pagaba, todos sus actos anteriores serían anulados.
Para la familia Richardson, sería un trato sin pérdidas.
Al ver a Samuel Richardson pensativo, Molly Walker arqueó ligeramente la ceja:
—¿Qué pasa, señor Richardson? ¿Es que simplemente pedir prestado dinero es un problema tan grande que necesita tanta reflexión?
¿Un asunto menor?
Samuel Richardson no pudo reprimir la ira en su corazón. Deseaba poder exponer su falsa identidad de inmediato y, pensando en las dificultades de este encuentro, se esforzaba por mantener la calma.
