No muerto...
—¡¿Cómo es posible eso?! —refutó Molly Walker con firmeza, su corazón latía desbocado.
—N.° 6, deberías saber lo difícil que es fingir la propia muerte. No es como en una serie de televisión —aunque admitía que lo que le había pasado ya estaba más allá de la imaginación, la posibilidad de que Michael Gallagher fingiera su muerte era demasiado baja, solo un guionista ridículamente malo podría inventar tal trama.
—Si realmente sigue vivo... —Harry Lambert hizo una pausa—, ¿te volverías a casar con él?
—De ninguna manera —las largas cejas de Molly Walker se fruncieron, la frustración se insinuaba en su voz—. No me hagas más ese tipo de preguntas.
El prerrequisito para volver a casarse es que Michael Gallagher esté vivo. ¿Es esto posible?
Ese es un lujo que ni siquiera se atreve a pensar.
Harry Lambert dejó el tema.