—¿Autoentrega y reducción de pena? Eso sería demasiado fácil para ella.
—¡Molly Walker! —exclamó Isabelle Richardson con los ojos muy abiertos—. ¿Qué haces aquí?
—Molly sonrió con desdén. —Qué pequeño es el mundo.
—Isabelle miró a Adam Wilson incrédula, tartamudeando. —Sr. Wilson... ¿acaso estuvo preparando una trampa para mí deliberadamente?
¡Adam le había pedido que fuera honesta y dijera la verdad, pero había permitido que Molly escuchara a escondidas!
Recordando todas las palabras que había hablado mientras Molly escuchaba, Isabelle se sintió como si la hubieran despojado de toda su ropa, dejándola completamente humillada.
—Adam tampoco esperaba que Molly irrumpiera, y tosió cubriéndose el puño con la mano. —Bueno, fue sin intención... No tenía idea de que ella saldría cargando.
—Cuanto más escuchaba Isabelle, más ira sentía, su cuerpo temblaba entero. —Sr. Wilson, nunca pensé que tendría tal carácter.