Estas personas corrieron ansiosamente de un lado a otro, y algunas incluso comenzaron a llorar.
Al ver a Molly parada allí, se acercaron apresuradamente y preguntaron:
—Señorita, ¿ha visto a una mujer con un vestido rojo, de unos cincuenta años?
La que preguntaba era una joven, con los ojos enrojecidos y un ligero temblor en sus hombros. No quedaba claro si era por preocupación o miedo.
Molly negó con la cabeza.
La joven lloró y continuó buscando en otro lugar.
Recordó haber leído noticias de chismes que la Sra. Thompson tenía algunos problemas mentales desde que su hija desapareció y necesitaba que muchas personas la cuidaran. Nunca pensó que tales chismes dramáticos pudieran ser ciertos.
La Sra. Thompson era bastante digna de lástima.