En la sala de maquillaje, después de que la multitud de espectadores se dispersara:
—¿Ye-ge, ya que hemos establecido una relación tan cercana, podemos...? —preguntó Gong Xu a Ye Wanwan en privado.
—Depende de tu desempeño —Ye Wanwan le lanzó una mirada de reojo a Gong Xu y se levantó lentamente de la silla.
Aunque Gong Xu se sintió algo decepcionado, su ánimo se elevó rápidamente. El cuñado quiere observarme, ¡esto significa que hay una oportunidad!
Con ese pensamiento, Gong Xu se sintió de repente revitalizado. —Ye-ge, no te preocupes. ¡Definitivamente lo haré bien!
Al ver a este vanidoso y gran joven maestro actuando como un joven ambicioso, Ye Wanwan no pudo evitar estallar en risas. —Realmente espero tu actuación.
La curvatura ascendente de sus labios se propagó como una onda hacia el corazón de Gong Xu...
En los ojos de Gong Xu, esa sonrisa era una réplica exacta de aquella chica que le dio esas ciruelas confitadas...