Arriba, en el camerino:
Gong Xu se recostó en una silla grande y cómoda con las piernas cruzadas y un teléfono en la mano. Estaba completamente absorto en su juego mientras el estilista, el maquillador y el diseñador de vestuario trabajaban frenéticamente a su alrededor.
Había dos pequeños asistentes al lado. Uno de ellos sostenía un enorme coco, parado a su lado atentamente. En cuanto Gong Xu cambiara su equipo a neutral, tendría que llevar cuidadosamente el coco y dejar que él tomara un sorbo.
La otra persona estaba parada a unos pasos de distancia, ocupada tomando fotos de él.
—Xu-ge, ya está. ¿Podrías echar un vistazo para ver si están bien? —El asistente trajo la cámara nerviosamente para su aprobación.
Gong Xu echó un vistazo rápido y el descontento era evidente en su rostro. —Tsk, ¡ni siquiera lograste captar bien la impresionante apariencia del joven maestro!