—Mo Xuan acababa de completar su pensamiento y entonces, vio al caballero con una total falta de emociones humanas sonreír.
—No era una risa oscura y presagiadora, ni una burla despiadada y temible, sino una risa real, normal, increíblemente alegre. En ese instante, era como si una montaña helada a miles de kilómetros de distancia se hubiera derretido.
—Si el Si Yehan con expresión fría ya era muy atractivo, ¡entonces el Si Yehan sonriente incluso podría volver gay a un hombre!
—Aparte de Mo Xuan, la que más sorprendida estaba era la viejecita.
—La viejecita se estremeció y sus ojos se pusieron rojos. No había visto al Pequeño Noveno sonreír durante mucho… mucho tiempo.
—¿Pequeño Noveno? ¿Qué estás mirando? ¿Por qué estás tan feliz? —La viejecita estaba nerviosa y preguntaba con cuidado, temiendo que lo que viera fuera solo una alucinación.
—Mensaje de mi novia —El rostro de Si Yehan todavía tenía un color cálido y su tono era más suave de lo habitual.