—Cariño, ¿por qué estás aquí? —intentó Ye Wanwan sonar lo más agradablemente sorprendida posible.
Si Yehan la miró en silencio, sin decir una sola palabra. Sus pupilas heladas parecían penetrar su alma.
Ye Wanwan se sintió un poco culpable. ¿Puede él ver a través de mi actuación?
Después de un largo rato, los estrechos labios del hombre se movieron delicadamente. —Las personas que te cortejan... ¿podrían hacer cola hasta la Vía Láctea? —dijo finalmente.
Ye Wanwan tardó un tiempo en reaccionar. Cuando lo hizo, se dio cuenta de que Si Yehan se refería a la letra de la canción que había cantado hace un momento.
Ye Wanwan rompió en sudor frío. —¡No, no! ¡Eso eran solo letras de una canción!
Hacer cola hasta la Vía Láctea mis narices... más bien estaría metida en 18 niveles del infierno.
¿Verían la luz del día aquellos que se atreviesen a cortejarme?
No, lo importante es, ¿quién me cortejaría si ni siquiera hay una mosca a mi lado?
