Ye Wanwan era como un lobo hambriento entre un rebaño de ovejas: seguía comprando toneladas de comida a cada pocos minutos.
Las manos de Si Yehan casi estaban llenas.
Ye Wanwan se giró y miró a la belleza glaciar con las manos repletas de bolsas con comida deliciosa. De repente encontró a este hombre glorioso y deslumbrante, un festín para la vista.¡Es demasiado perfecto!
—¿Qué pasa? —preguntó Si Yehan cuando se percató de la ardiente mirada de Ye Wanwan.
Ye Wanwan se puso de puntillas y le dio un piquito en la mejilla. —Nada en especial, te ves realmente bien. ¿No puedo mirarte un poco más tiempo?
La mirada de Si Yehan se volvió instantáneamente más intensa...
Ye Wanwan estaba disfrutando del momento con el guapo a su lado y la buena comida alrededor, así que no se dio cuenta de las dos personas detrás de ella...
En ese momento, Liang Wanjun y Ye Shaoting seguían a Ye Wanwan con miradas de desconcierto.