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Ye Wanwan había pensado y decidió reunirse con la anciana vestida con su uniforme escolar.
Aunque la abuela de Si Yehan tenía un estatus extraordinariamente honorable, ella sentía que todas las abuelas del mundo aún tenían gustos similares. A la mayoría de ellas les gustaría una niña limpia, ordenada y bien comportada.
No había otro tipo de ropa que diera una impresión más obediente que un uniforme escolar.
En cuanto a su cara, aparte de usar una mascarilla anoche y realizar su rutina de cuidado de la piel habitual, no se puso maquillaje. Su cabello estaba atado en una cola de caballo, mostrando su hermosa frente.
Al ver que no era el fantasma femenino aterrador que había imaginado sino una chica alegre y agradable, Xu Yi se quedó atónito durante mucho tiempo antes de reaccionar. Se tropezó torpemente al salir del auto para abrir la puerta de atrás y luego la observaba a través de su espejo retrovisor con una mirada perpleja.
