—Deja de decir tonterías —Nie Sin Nombre estaba ligeramente molesto—. Quien gane menos este mes tendrá que largarse a África para llevar a cabo una tarea para mí.
—No... solo quiero comer hasta morir y esperar la muerte... —el devoto negó con la cabeza vehementemente, aterrorizado—. Solo quedaban unos pocos días para el final del mes y seguramente él ganaría lo mínimo.
—Tsk tsk, el devoto taoísta más poderoso del Este con un defecto renal [1] que podría hacer palidecer a uno solo con mencionar su nombre, ahora realmente quiere comer hasta morir y esperar la muerte...
—Es devoto taoísta divino —la cara del devoto estaba rígida mientras corregía a Nie Sin Nombre.
—¡Parece que defecto renal te queda mejor! —el hombre encantador se burló.
—Estúpido pervertido, una vez destruí una nación entera por mi cuenta, ¿seguro que quieres hablarme de esta manera? —un brillo frío apareció en los ojos del devoto de aspecto nefasto.
