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Las luces y cámaras estaban listas. Luo Chen estaba de pie frente a la cámara.
Ye Wanwan estaba sentada en la silla opuesta, esperando en silencio.
Poco después, pasaron tres minutos.
—Se acabó el tiempo —dijo Ye Wanwan.
Un atisbo de pánico cruzó los ojos de Luo Chen al hablar apresuradamente —Fue un pecado nacer, toda mi vida... vida...
Probablemente no estaba acostumbrado a estar frente a la cámara de nuevo, y ahora Luo Chen se quedó atascado después de decir solo una frase.
—Otra vez —frunció el ceño Ye Wanwan.
Luo Chen apretó los puños, tomó un profundo respiro y lo intentó de nuevo.
—Fue un pecado nacer, toda mi vida fue un pecado... todos y yo...
Cuando estaba a punto de continuar, Ye Wanwan simplemente lo cortó —Tu expresión es demasiado rígida. Quiero que rehagas la escena, no que recites líneas aquí. Otra vez.
El rostro de Luo Chen se volvió más pálido. Cerró los ojos para calmarse y empezó de nuevo.
—Yo era...
