Al mismo tiempo, en el dormitorio de las chicas:
El tocador de Cheng Xue estaba completamente desordenado: había pedazos de espejo rotos y productos de cuidado de la piel caros por todo el suelo.
Las otras tres chicas en el dormitorio temblaban y se escondían en la esquina. Nadie se atrevía a acercarse a ella.
Las tres se empujaban entre sí por el miedo, y después de que Cheng Xue terminó de destrozar todo a su alrededor, una de las chicas de pelo corto caminó lentamente hacia ella, —Pequeña Xue, no te enojes más. Esa chica fea, Ye Wanwan, no tiene vergüenza y es maquinadora. ¡Si Xia definitivamente fue engañado por su palabrería florida! De hecho, tengo una sugerencia que seguramente revelará los verdaderos colores de esa monstruosidad fea.
Cheng Xue la miró con molestia.
Todas las demás chicas la presionaron, —¿Qué sugerencia? ¡Vamos, dínosla!
La chica de pelo corto habló misteriosamente, —¿Saben de qué tiene más miedo Ye Wanwan?
