Las palabras de Ye Wanwan parecían defender a Shen Mengqi, pero de hecho, la empujaban directamente al ojo del huracán una vez más.
—Está bien que esta monstruosidad fea no sea atractiva, pero, ¿también tiene algo malo en el cerebro? La mamá de Zihang ya dijo que había un compromiso y aún así Wanwan piensa que fue un malentendido. ¿Cómo más podríamos llamar a Mengqi sino la tercera en discordia?
—¡Song Zihang realmente ha superado mis límites! Por un lado, dependía del apoyo de la familia de su prometida y por el otro, ¡se fue con una cualquiera delante de ella! Su familia está al borde de la quiebra y aun así, sigue jugueteando y tratando de mantener las apariencias, actuando como un joven rico.
Shen Mengqi intentó zafarse, pero antes de que pudiera escabullirse del agarre de Ye Wanwan, fue bloqueada por la multitud.
Estaba atónita. Nunca esperó que las cosas se tornaran de esta manera.