Al escuchar las palabras de Shen Hanxing, Shen Sisi se sintió instantáneamente aliviada. Una tenue sonrisa apareció en su hermoso rostro mientras decía suavemente —Está bien.
Shen Sisi no parecía tan molesta cuando hablaba amablemente. Siempre tenía una sonrisa en su rostro. Su voz era dulce y coqueta. Desafortunadamente, todo era falso. Shen Sisi era maliciosa, sarcástica y arrogante.
Shen Hanxing echó un vistazo a Shen Sisi y no dijo nada más. Se dio la vuelta y se marchó. No se dio cuenta de que Shen Sisi la observaba con una mirada complicada. La maldad en sus ojos se transformó lentamente en una especie de determinación. En este mundo, solo podía confiar en sí misma. No podía confiar en nadie más.