—Pero también estamos preocupados por la cuñada —Ji Qian frunció el ceño. Cuando estaba a punto de protestar, Ji Mo tiró de su manga.
—Está bien entonces. No te molestaremos. Hermano, cuida bien de la cuñada —Ji Mo sonrió obedientemente a Ji Yan y dijo cortésmente.
Ji Yan no respondió y llevó a Shen Hanxing arriba.
—¿Por qué no me dejas hablar? —Mirando a Ji Yan, que subía las escaleras, Ji Qian dijo descontenta a Ji Mo—. Solo me preocupo por mi cuñada. Además, soy una chica, así que es más conveniente para mí cuidar de la cuñada. El hermano es frío. ¿Qué sabe él? Si no puede cuidar bien de la cuñada, la que sufrirá sigue siendo la cuñada. —Cuanto más hablaba Ji Qian, más preocupada se sentía. Lanzó la tableta que tenía en la mano al sofá—. No, tengo que subir y ver cómo está la cuñada. Si no, no estaré tranquila.
