—Oye, nunca te había visto antes. ¿Vienes con Miss Zhuang? —El chico de la camisa floreada pellizcó la mejilla de Ji Qian. Su palma desprendía un olor extraño que provocaba náuseas. La miró de arriba abajo y rió maliciosamente—. Eh, niña, te ves bien. Ven, bebe esta copa de vino. Entonces no me importará tu actitud charlatana —golpeó la copa llena de vino contra la mesa.
—No... no puedo beber —Ji Qian tragó saliva y subconscientemente apretó los puños. Negó con la cabeza y dijo:
— Soy alérgica al alcohol.
—Pu*a, ¿no estarás tratando de desafiarme, verdad? —La expresión del tipo cambió repentinamente mientras decía enfadado: