Shen Hanxing se detuvo por un momento. La sonrisa en su cara se amplió. Sus brillantes ojos relucían con extrema frialdad mientras decía —Solo espera, mi venganza está a punto de comenzar...
El sonido de los pasos de Shen Hanxing se desvanecía gradualmente. Lu Shaoyang estaba tendido en el suelo y mirando fijamente al techo blanco. No podía entender. ¿Cómo podían las cosas haber llegado a este punto? Shen Hanxing lo miraba con ojos llenos de frialdad. No había ni amor ni odio. Parecía ser solo un insecto insignificante y molesto que ella fácilmente desviaría con un abanico.