—Zhuang Li, ¿podemos parar? —rogó Shen Sisi con la voz ronca y un poco más sexy.
—¿Parar? ¡Eso no es lo que tu cuerpo me está diciendo! —dijo Zhuang Li con la voz ronca y oscureciéndosele los ojos, luego comenzó a empujar más fuerte.
—Zhuang Li... ¿puedes ser más suave? Solo te amo a ti. No miraré a nadie más. Seamos solo nosotros a partir de ahora, ¿de acuerdo? —dijo Shen Sisi de manera coqueta, pasando sus brazos alrededor del cuello de Zhuang Li y hablando con voz suave.
—Sé buena, no hables tanto en un momento como este —dijo Zhuang Li, inclinándose y cubriendo la boca de Shen Sisi.
—La señora Ji es joven pero muy reflexiva. Es algo realmente raro —comentó un profesor que no la conocía, sonriendo amablemente—. ¿Podría saber de qué universidad se graduó, señora Ji?
En ese momento, el ascensor se detuvo y la puerta se abrió. Las dos personas abrazándose fuera del ascensor encontraron los ojos de las personas en el ascensor, y la atmósfera de repente se volvió fría.
