Al ver la longitud de la falda que apenas cubría los muslos de Bai Youyou, Shen Hanxing no pudo evitar mirar el clima afuera. Era un día tan frío, sin embargo, Bai Youyou llevaba una falda corta. Esa mujer era algo.
—Concéntrate en tu comida —Ji Yan agarró un bollo de carne que le gustaba a Shen Hanxing y lo colocó en su plato. La reprendió suavemente—, no mires alrededor. Era como si se hubiera convertido en una niña a la que tenía que vigilar durante la noche. Sin embargo, este giro inesperado de los acontecimientos no fue malo. Shen Hanxing sonrió a Ji Yan y obedientemente retiró su mirada para disfrutar de su comida.
Cuando Bai Youyou vio esta escena cálida y dulce, sus ojos se enrojecieron de ira. Estaba celosa, y sus grandes ojos se llenaron de lágrimas. Con lágrimas en los ojos, llamó a Ji Yan coquetamente:
— Hermano Ji Yan...