Lin Shijia esbozó una sonrisa y también dejó su vaso. Su mirada se posó en las piernas desnudas de Shen Qianrou antes de alzar la mano para colocarla sobre la de ella.
—¿Por qué no vuelvo y la ayudo? —dijo Lin Shijia.
Shen Qianrou lanzó una mirada a la mano grande sobre su muslo, pero no se movió. En cambio, miró a Lin Shijia con una sonrisa intrépida.
—Adelante, no te estoy atando. Es tu decisión a quién estás dispuesto a ayudar. No puedo influir en tu decisión... —respondió Shen Qianrou.
La mano de Lin Shijia ya se había movido hacia arriba lentamente. Se deslizó silenciosamente bajo su vestido. Girando su cuerpo, se acercó más y susurró al oído de Shen Qianrou,
—No, estoy a tu merced. Dada la situación, solo puedo acompañarte hasta el final... —murmuró Lin Shijia.
Mientras hablaba, bajó la cabeza y besó el cuello de Shen Qianrou dos veces. Al final, Shen Qianrou lo apartó.