Sin embargo, las palabras de Qi Na no cambiaron la opinión de Jiang Rongrong. Para proteger a Shen Qianrou, Jiang Rongrong incluso organizó que alguien de la compañía aceptara a propósito una entrevista.
—¿Ella escribió la canción? Ji Yi nunca ha enviado una buena canción a la compañía en todos estos años. ¿Ahora que Qianrou se ha vuelto famosa de repente, quiere reclamar que es suya? Aunque no sé qué está pasando, es demasiada coincidencia.
—Sí, ¿por qué tenía que hacerlo ahora…
—Ella es un ejemplo clásico de alguien que no puede soportar ver a los demás prosperar. ¡Está celosa y nadie puede ayudarla!
—También podría ser que la compañía no le haya dado ningún apoyo todos estos años. ¡Así que quiere vengarse de la compañía! ¡Los humanos son realmente espantosos!
Cada palabra era como un vaso de agua sucia siendo lanzado sobre Ji Yi.
Si una o dos personas dijeran eso, estaría bien. ¡Pero si cinco o seis o más personas dijeran eso, había algo malo con Ji Yi!
