Shen Fanxing estuvo en el instituto de bienestar toda la tarde.
Este era un lugar que siempre visitaba cuando tenía tiempo.
Eso era porque este era el único lugar en el que aún podía encontrar un rastro de su madre.
Shen Fanxing se presionó el pecho con la palma mientras estaba sentada en el jardín. Sus ojos distantes estaban llenos de tristeza.
Pensó que había congelado todos sus sentimientos. Pero no esperaba que su familia todavía tuviera la capacidad de herirla.
—¿Por qué su familia era tan fría e insensible?
Shen Fanxing sonrió amargamente antes de tomar una respiración profunda y levantarse.
En la cafetería del instituto…
Por costumbre, Shen Fanxing miraba hacia un rincón como siempre lo hacía. Una maestra estaba sentada con un niño, y lo estaba animando a comer.
—Linlin, tienes que comer más todos los días para que Mami no se sienta mal por ti. Siempre ha querido verte. La última vez que supo que no comías bien, lloró mucho.