—Señorita Fanxing, el Maestro ha venido a recogerla.
El corazón de Shen Fanxing dio un vuelco de repente al posar su mirada en el coche aparcado fuera.
La lluvia torrencial azotaba el cuerpo del coche, difuminando el contorno del vehículo. El coche parecía haberse quedado en silencio bajo la lluvia. El aspecto noble y dominante del coche le recordó al hombre sentado en su interior. Él era como este coche; regio y noble.
Al compás de los latidos de su corazón, se inclinó para recoger su caja. Pero Yu Song actuó más rápido. Luego, se hizo a un lado respetuosamente y permitió que Shen Fanxing saliera primero.
Antes de que Yu Song pudiera abrir la puerta del coche, la puerta se abrió de golpe.
Shen Fanxing se agachó para entrar en el coche. Todos observaban atónitos. A través de la abertura, pudieron ver una mano de hombre acariciando suavemente los pantalones empapados de Shen Fanxing. Los relucientes y caros gemelos de diamantes en la muñeca casi cegaron a todos.
