—¡Qué vergüenza!
Si los dos estuvieran saliendo, pues vale. ¿Pero por qué tenían que implicar a otros?
Mirando a la alpaca que casi era más alta que él, no pudo evitar retorcer los labios por enésima vez.
—¡Estos dos!
—¿Qué tipo de gusto tenían?!
—¿Quién pediría una alpaca como regalo?
—¿Y él simplemente conjurar uno para dárselo?
—Qué incondicional era su amor por ella.
—Ha, el aroma del amor.
Bajo la mirada de todos, Yu Song entró al ascensor con la alpaca.
La aparición de una persona y una alpaca, de pie lado a lado en el ascensor, realmente hizo que todos contuvieran la risa.
Shen Fanxing estaba sentada en el sofá de la oficina, discutiendo con los gerentes de los diversos departamentos sobre sus operaciones. Cuando vio a Yu Song entrar con la alpaca, escupió el café de su boca.
—Señorita Shen…
La voz de Yu Song contenía una cantidad explosiva de amargura indescriptible.