—Señora...
La incomodidad se reflejó en el rostro de Lairong mientras susurraba suavemente al oído de la Señora.
La Anciana tardó un poco en entender la situación, su rostro ligeramente avergonzado con el conocimiento.
—Yo... Quiero decir que eso es rápido, ¿no deberías estar descansando?
Bo Jinchuan apretó los labios. —Mi habitación está ocupada. ¿Cómo descanso?
—Tienes una cama enorme. ¡No está apretada en absoluto! —exclamó la Anciana sin titubear.
...
El silencio envolvió el amplio salón.
Shen Fanxing escuchó por casualidad las quejas insatisfechas mientras salía vestida con ropa nueva. La angustia la llenó.
—Señora...
Al ver la presencia que apareció detrás del Joven Maestro, Lairong sólo pudo insinuar resignadamente.
Siempre era como una niña frente a sus dos nietos.
El arrepentimiento surgió de la Anciana por su fallido intento de tener un bisnieto. Fue entonces cuando vio a Shen Fanxing.
Su rostro deprimido se iluminó y le hizo señas a Shen Fanxing.