Shen Fanxing entrecerró los ojos y la miró de nuevo. Su aura era abrumadora y peligrosa.
—Has escuchado tantos rumores sobre mí. Sin embargo, no sabes que soy una persona que sin duda buscará venganza. Te he dado un total de seis oportunidades desde esta noche. ¡Pero has continuado burlándote y tratándome con frialdad dieciocho veces! —dijo con una voz severa.
—Como gerente de una marca internacional en China, tratas a tus clientes de manera diferente. Desprecias a los clientes y te ríes de los poderosos. Desprecias a los pobres y te inclinas ante los ricos. ¡Adulas a los ricos como un sirviente! Te he tolerado todo este tiempo, ¡pero no reflexionaste! ¿Quejarme de ti? ¡Por supuesto que voy a presentar una queja contra ti! —continuó, con el tono aumentando en cada palabra.
Shen Fanxing estaba a punto de buscar su teléfono cuando Xu Qingzhi, que había estado de pie en la entrada, interrumpió:
