Al final se dio la vuelta y pisoteó hacia su lujoso dormitorio. Cuando escuchó la alarma sonar, apretó los dientes y gritó:
—¡Apaga ese maldito sonido!
Asustado, el pequeño Zhao dio un respingo y saltó antes de correr alrededor de la habitación buscando el interruptor.
Al final, se le ocurrió una idea inteligente de prisa. Vertió algo de agua de un jarrón antes de que la alarma dejara de sonar.
Luego, se desplomó en el sofá, completamente agotado.
¿Era esto un ensayo para despertar a su jefe?
¡Tenía que respetar a la Hermana Xing!
…
Después de resolver la mayor preocupación que tenía, Shen Fanxing empezó a hacer arreglos para la segunda más importante. Y era contactar a Xu Qingzhi para cenar esta noche.
Xu Qingzhi tomaba café en su oficina mientras navegaba por las últimas noticias en línea.
Cuando Shen Fanxing llamó, ella justo se encontró con una noticia interesante.
—Fanxing, ¿qué sucede? —preguntó Xu Qingzhi.
