Se cubrió la boca y frunció el ceño de dolor.
—¿Qué pasó?
—¿Por qué le dolían tanto los labios?
—¿Qué pasó anoche?
—¿Por qué no podía recordar nada?
La cabeza de Shen Fanxing le palpitaba mientras intentaba recordar lo que pasó ayer, pero sin éxito.
—¡Dios! ¿Cuánto bebió?
—¿En qué estás pensando? —preguntó una voz baja y ronca.
Shen Fanxing levantó la cabeza para ver a Bo Jinchuan mirándola, con la cabeza apoyada en su mano.
Su rostro era tan guapo como siempre, con la pereza de alguien que acababa de despertar.
Su camisa cara estaba ligeramente arrugada y los dos primeros botones desabrochados. Una sonrisa cálida y algo familiar surcaba desde las esquinas de sus ojos.
—¡Hasta su postura perezosa era seductora!
La mirada intensa de Shen Fanxing no se apartaba de los labios de Bo Jinchuan.
Tardó un rato antes de que su mirada siguiera hasta los ojos sonrientes de Bo Jinchuan.
Su rostro se enrojeció y desvió la mirada apresuradamente.