El rostro del hombre parecía ser la obra maestra más perfecta del cielo. Se podría decir que era hermoso.
Vestía una camisa rosa pálido con dos botones desabrochados. Su pecho musculoso era vagamente visible y se veía indescriptiblemente sexy.
Su belleza era comparable a la de Lu Nian.
La única diferencia era que él tenía un par de hermosos ojos azules, lo que le daba un aspecto aún más coqueto.
Debía de ser el legendario Rey del Infierno Negro, Jiang Chi.
La expresión de Qiao Nian no cambió. No se molestó en hacer charla trivial. En su lugar, preguntó:
—¿Dónde está Lu Zhu? Quiero verlo.
Jiang Chi solo había visto a Qiao Nian en pantalla antes. Esta era la primera vez que la veía de cerca. Aunque su mirada no era amistosa, eso no afectaba para nada sus sentimientos hacia ella.
Su piel era suave y sus ojos claros. Las comisuras de sus ojos estaban levantadas y se veía un poco pícara. Sus labios rojos estaban ligeramente apretados debajo de su nariz exquisita.
